En todo el mundo se utilizan fuentes radiactivas en medicina, industria, agricultura, investigación y enseñanza; también se utilizan en algunas aplicaciones militares. Muchas consisten en fuentes selladas cuyos materiales radiactivos están firmemente confinados o agregados dentro de un cápsula o caja protectora apropiada. Los riesgos que estas fuentes representan varían enormemente, dependiendo de factores como los radionucleidos que se utilicen, la forma física y química y la actividad.
Las fuentes radiactivas se clasifican según su capacidad para causar daño a la salud de los seres humanos y en fución del potencial para agrupar las fuentes y las prácticas en que se utilizan en categorías discretas.
Esta clasificación puede ayudar a establecer requisitos reguladores que garanticen un control de nivel adecuado para cada fuente autorizada.
La clasificación tiene las siguientes aplicaciones:
-Desarrollar o mejorar infraestructuras reguladoras nacionales.
-Elaborar estrategias nacionales para mejorar el control de las fuentes radiactivas.
-Optimizar las decisiones acerca de las prioridades en materia de regulación habida cuenta de las limitaciones de recurso.
-Opimizar las medidas de seguridad aplicadas a las fuentes radiactivas.
-Planificar las intervenciones y respuestas ante situaciones de emergencia.
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