Las resonancias magnéticas son un análisis seguro e indoloro
en el cual no se utilizan radiaciones ionizantes, sino intensos campos
magnéticos y ondas de radio que actúan sobre los átomos alineándolos, lo que
produce liberación de energía que se procesa y emplea para formar imágenes
detalladas de los órganos y las estructuras del cuerpo. La principal diferencia
con respecto a la tomografía computada (también denominada "tomografía
axial computada" o TAC ) es que en la resonancia magnética no se utiliza
radiación. El equipo de resonancia magnética está conformado por un gran imán
con forma de anillo que suele tener un túnel en el centro. Los pacientes se
ubican en una camilla que se desliza hacia el interior del túnel. En algunos
centros, las máquinas de resonancia son abiertas, es decir que tienen aberturas
más grandes y son muy útiles para los pacientes que sufren de claustrofobia.
Las máquinas de resonancia magnética se encuentran en hospitales y centros
radiológicos.
Imagen de un equipo de resonancia magnética obtenida de Internet. |
Durante el examen, las ondas de radio manipulan la posición
magnética de los átomos del organismo, lo cual es detectado por una gran antena
y es enviado a una computadora. La computadora realiza millones de cálculos que
crean imágenes claras y en blanco y negro de cortes transversales del
organismo. Estas imágenes se pueden convertir en fotos tridimensionales (3D) de
la zona analizada. Esto ayuda a detectar problemas en el organismo. Un examen
produce docenas o algunas veces cientos de imágenes.
En algunas ocasiones los exámenes requieren algún medio de
contraste. La mayoría de las veces se administra a través de una vena en la
mano o en el brazo antes del examen. Este medio de contraste ayuda al radiólogo
a observar ciertas áreas más claramente.
También se pueden colocar pequeños dispositivos (espirales)
alrededor de la cabeza, el brazo o la pierna u otras áreas que se vayan a
estudiar. Estos ayudan a enviar y recibir las ondas de radio y mejoran la
calidad de las imágenes.
Durante la resonancia magnética, la persona que opera la
máquina vigilará la acción desde otro cuarto, a través de un cristal con una
especie de "malla" que evita el paso de la energía electromagnética.
El examen dura aproximadamente de 30 a 60 minutos.
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